"Nos salvan los visitantes españoles y mallorquines. Este verano, han fallado los turistas alemanes". Lo explica el propietario de un bar situado en primera línea del puerto de la Colònia de Sant Jordi.
"En Alemania están en crisis y aquí los precios son elevados. Hay fábricas germanas que cierran y eso significa que no volverán a abrir. Ya se decantan por destinos más baratos como Grecia, Turquía y Egipto", añade.
La verdad es que es la opinión parecida a la de un hostelero del centro del pueblo. "Mayo y junio han sido meses muy buenos, pero julio ha sido muy flojo y agosto empezó con poco trabajo". Este dueño de un bar, visitado sobre todo por gente del pueblo y turistas suizos, apunta a que hay hoteles, en plena temporada alta, con solo un 50% de ocupación.
"Los hoteles que hay casi todos han optado por ser de cuatro y cinco estrellas, y en Europa la gente no tiene tanto poder adquisitivo como para poder pagar sus elevadas tarifas y así llenarlos".
Este verano ha sido el primero en muchos años en que, en pleno agosto, se ofrecía en la Colònia habitaciones dobles a entre 100 y 200 euros la noche, algo impensable el año pasado y los anteriores.
Por otra parte, comerciantes de la Avinguda Primavera comentaban que en julio y agosto había muy poco ambiente por la principal vía de ocio y tiendas de la localidad costera.