Esta conocida figura, llamada Dama de Ibiza, procede de los “vaciados” de tumbas realizados en los inicios del pasado siglo XX en la necrópolis del Puig des Molins, en la ciudad de Ibiza, en los que se recuperó una gran cantidad de figuritas de terracota de este tipo, aunque de estilos formales muy diferentes.
Como consecuencia de estos métodos de excavación poco ortodoxos, desconocemos el contexto concreto del hallazgo, pero la pieza posiblemente formó parte del ajuar que acompañó a uno o varios difuntos y ha sido datada con criterios estilísticos entre finales del siglo IV y el III a.C. En este momento, la ciudad de Ibiza, antigua fundación fenicia, era ya una colonia cartaginesa, es decir, formaba parte de lo que denominamos cultura púnica. Texto del MAN.
Toros de Costitx: Realizados en fundición a la cera perdida, huecos en el interior y con los detalles trazados en frío. Orejas y cuernos se fundieron por separado y se unieron a la cabeza mediante remaches. Los ojos, en algunos casos, estaban rellenos de pasta vítrea.Se interpretan como la representación de una divinidad más que como elementos de culto al toro.
El santuario de Son Corró, en
funcionamiento desde el siglo V a.C. hasta la conquista romana, era un edificio
de planta rectangular en cuyo interior se distribuían sin orden pilares
monolíticos, de un metro de altura, con posible función de betilos. Tres
esculturas de bronce presidían las ceremonias: dos cabezas de toro y una de
becerra, posiblemente colocadas sobre fustes de columnas. Texto del Museo Arqueológico Nacional.
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