domingo, 14 de agosto de 2022

Tomeu Penya anuncia, en su concierto de Llucmajor, que ha hecho testamento: quiere convertirse en supositorio

No había transcurrido ni media hora de su actuación en Llucmajor, el pasado viernes a medianoche, y Tomeu Penya paró, miró al público, que en esos momentos abarrotaba el centro neurálgico de las fiestas de Santa Càndida y, en lugar de soltar uno de sus mini-monólogos irónicos, confesó: "Mi hija ha viajado a Mallorca desde Singapur, donde vive, pero no ha venido para verme sino para que hiciera testamento... y lo he hecho, hace unos días, en mi notaría, que está justo aquí, al final de la Plaça d'Espanya de Llucmajor".



El público calló. Pese a que la primera parte había consistido en un recital marca de la casa, con ritmo, risas, sarcasmo, comentarios picantes, poderosas voces y guitarras -meneo de culo incluido-, en los últimos temas se notaba que la voz de Penya estaba fallando. 

Y llegó el anuncio de que hace unos días que ya tiene testamento. Una confesión íntima cerrada con una de las típicas coñas del genio de Vilafranca. "Hay una cláusula que se deberá respetar. Y es que no quiero que me entierren. Y, aunque no me voy a morir -o al menos, no pienso hacerlo-, quiero que me conviertan en supositorios que pongan 'Tomeu Penya, hasta después de muerto da por c..." 

Y la gente estalló en risas y aplausos, y empezó el consabido coro del público: "Tomeu, Tomeu, Tomeu, Tomeu... Tomeu". Antes, el cantante de 73 años de edad, agradeció los bocadillos que Úrsula le prepara en Ca'n Bernat, el bar de su ahijado, presente en la fiesta.

La recta final del recital estuvo dominada por un Penya que reconoció al bajista que la voz le fallaba. Por eso, tras palparse dos veces la garganta, permitió la intervención de Simón, del grupo Géminis; y varias canciones interpretadas por su doble artístico, Biel, de Marratxí, que no defraudó en 'Sa rossa coixa que no bota', versión 'bruta'.

Finalmente, el cantautor más querido de la Isla, que se apoyó durante momentos en una mesa sobre la que había dos botellas de agua, no defraudó e hizo las delicias de cientos de personas, incondicionales de Penya de todas las edades, llegados de toda la Isla, los más ruidosos de Sant Jordi, Pina y Montuïri. 

La mítica "S'Estalella", compuesta por los llucmajorers Tolo Bergas y Joan Xamena; 'Rock & Roll (els millors anys)', 'Illes dins un riu', 'Maciana', 'Havanera' o la disparatada y genuina 'R.D.I. Comunitat des Pla' hicieron que la plaza se viniera abajo.

Pese a que hace años que dejó la bebida ("el suc") y el tabaco ("el fum"), acabó reconociendo que iba a prepararse un "gintònic".

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